No hay muchas frutas en el mundo que me gusten tanto en la actualidad como a los caquis. Cada vez que llega su temporada, de noviembre a febrero, tengo la sensación de que podría vivir exclusivamente de esas maravillas suaves, gordas y anaranjadas. Esta tarta es una combinación de mis dos favoritas: caqui y chocolate. Hacen una gran pareja.
En la receta vas a encontrar tres ingredientes que son poco usuales:
- Harina de avena deshidratada
- Harina de almendras
- Sirope de ágave
Te recomiendo que los pruebes, aunque no obstante los puedes sustituir por otros ingredientes más comunes.
Para la masa de la tarta
- 1 taza de harina de avena germinada
- 1 taza de harina de almendra
- Media taza de sirope
- 2 cucharadas de cacao crudo en polvo
- Media taza de mantequilla
- Media tacita de pasta de dátil
- 2 cucharadas de agua de coco
- Opcionalmente 1 cucharada de extracto de vainilla
Tamizar todos los ingredientes. Añade la mantequilla y mezcla bien. En un recipiente aparte, mezcla la pasta de dátiles, el agua y el extracto de vainilla. Añade los compuestos líquidos a la mezcla de avena y mezclar bien. Forrar una tarrina con envoltorio para cocina. Presiona la masa en la tarta uniformemente. Deshidratar en el horno a temperatura baja, 50 o 60 Cº durante 4 horas y retirar la mezcla de la tartera
Cobertura de chocolate
- 1 taza rayadura de coco
- 1 taza de anacardos – remojados en agua 4 horas o más
- Media taza de agua fresca de coco 1/2 taza de aceite de coco
- Media taza sirope de dátil
- 5 cucharadas de cacao crudo en polvo
En una licuadora a alta velocidad, mezcla todos los ingredientes hasta que estén suaves y cremosos. Deja reposar en el refrigerador por un par de horas.
Cortar los caquis como prefieras. Vierta el sirope de ágave sobre las rodajas y deja remojar durante 2-3 horas.